Una orden reciente dio al gobierno impunidad para rechazar solicitudes de visa sin explicación ni apelación. Un abogado lo llamó “una extraordinaria medida de poder y también una extraordinaria falta de transparencia”. Eric Lee, un abogado de inmigración, ha pasado años trabajando en nombre de Sandra Muñoz, ciudadana estadounidense, y su esposo, Luis Asencio-Cordero, ciudadano de El Salvador. La pareja está separada desde 2015 después de que su solicitud de visa fuera rechazada porque tenía tatuajes que el personal consular identificó como relacionados con pandillas. Lee, Muñoz y Asencio-Cordero han negado con vehemencia las acusaciones de que alguna vez formó parte de una pandilla y que los tatuajes están relacionados con pandillas. El fallo del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos falló a favor de la pareja, pero luego el procurador general solicitó que el caso se llevara al Tribunal Supremo. La Corte Suprema finalmente falló en contra de Muñoz y Asencio-Cordero y dio aprobación al Departamento de Estado para denegar dichas solicitudes sin explicación ni oportunidad de apelar.  Los abogados que defienden a los inmigrantes o a aquellos que buscan ingresar al país dijeron que el proceso de aprobación de visas u otros permisos es una caja negra. Si el Departamento de Estado deniega la decisión, no hay proceso de apelación o explicación, y quienes defienden a los inmigrantes dicen que se puede decidir incorrectamente o basándose en razonamientos arbitrarios.